Reseña: “Cartas de Navegación” Escrituras Clínicas.
Puerto de Origen: Latitud -34.6083, Longitud -58.3712, 34° 36´ 30´´ Sur, 58° 22´ 16´´ Oeste.
Punto de Destino: 0
Mar Picado, Vientos Fuertes.
Clima Sub-tropical. Húmedo, nunca seco.
Libros como naves. Y es la primera vez que me sumerjo en una escrita a seis manos. Sí, sumerjo. El nadar por la lectura de “Cartas de Navegación” me resulta un camino inevitablemente peligroso. Navegar todo el rato entre Escila y Caribdis invita al tránsito de un recorrido hambriento, ventoso, acuático, y hermosamente irregular. La topografía marítima de esta costa brillante y arenosa me encuentra volviendo una y otra vez al eco de voces amigas, amantes, vitales. ¿Cómo no quedar sumergido bajo los giros del mar de la escucha? Ahí, el desafío propuesto. Aquí, lxs viajantes de una experiencia clínica siempre ondulante. Obra que suena al vaivén de los remeros: hacia adelante y luego hacia atrás, o viceversa. Apoyando su tracción en cadencias cíclicas que construyen rutas sobre varios temas, pero evitan intencionadamente la nostalgia de las orientaciones. Primera coordenada: Borrar las coordenadas del mapa, para poder escuchar la X sin verla.
Pocas veces tenemos la fortuna de encontrarnos con una obra que se deja leer, tocar, oler, y escuchar. Dialoga, incomoda, abreva en manantiales de la mineralidad más diversa. Toca allí donde toda deriva encuentra algo parecido a varias direcciones posibles: múltiples nortes que no se pretenden perfectamente magnéticos, pero tejen sin parar los retazos que hacen a la experiencia de los navegantes de mar abierto. Me animo a buscar vivirla como una obra en la que perderse, aproximarse sin esperar encontrar nada, y sin embargo recibir todo lo que estos obreros clínicos pueden oír y compartir acerca de una infinidad de micro-tonalidades. Entregarse a ese viaje que implica soportar incluso las sorderas propias, y de las otras. Esta rara avis se resistirá por siempre a habitar los consultorios desiertos y el silencio rígido de las rocas de la profesión. Porque abre, respira, alimenta. Alientos de la producción despierta y la escucha activa, la que insulta a lo muerto.
Bio del autor
Gastón Rodríguez (Buenos Aires, 1977) Psicoanalista, docente universitario, músico, activista. Pasó sus primeros años entre las plazas de Villa Urquiza y las bibliotecas de los subsuelos. Anarquismos, antifascismos, pero nunca gorilismos. Melómano, amigo de las intensidades presentes y de la música de las cosas. Escuchador de profesión, hablador por convicción. Participante de mundos diversos atravesados por el pensamiento y la acción clínica, la psicología institucional, y el amor por la educación pública y popular. Escribo, compongo y cocino. Marinero en proceso.